16 agosto 2006

La lluvia y Aichata



Me quedé aturdido al cesar la intensa lluvia de las pasadas noches de un efímero febrero que vuelve de vez en vez con sus razones, recuerdos, efemérides, discursos y proyecciones de futuro.
Impulsado, quizá, por las mismas razones me topé por casualidad con los pollitos de gallina de Aichata, mi vecina, flotando despavoridos e indefensos. Lamentablemente más tarde yacían inertes sobre los escombros de lo que era la humilde casita de adobe de mi vecina.

La borrasca y el incesante goteo a lo largo de esas noches sin luna ni estrellas evidenciaron nuestra fragilidad e indefensión ante la catástrofe.

A Aichata y otros muchos los llevo muy adentro, con simpleza que solo es comparable a los bajitos chamizos con tejado de zinc importado de la cercana Tinduf. Hubiera deseado, con toda mi alma, que las torrenciales lluvias no hubieran diluido a la nada las cuatro paredes de Aichata.

Es la anciana más pobre de todo el barrio donde habito, desde hace tantos años. Es una vieja que vive sola, de color azabache, de sienes plateadas, tímidamente alegre y de dentadura ausente; robada más por las penurias que por el implacable paso del tiempo. Ese tiempo y sus avatares se llevaron consigo igualmente sus únicos tres hijos de diferentes apellidos, muertos en confrontación bélica en batallas diferentes en esta lucha desigual.

La encontré el segundo día de lluvia profundamente triste recogiendo algunos bártulos mojados, impregnados de lodo y destrozados, pero llenos de sentimientos y recuerdos indelebles. Intentó ocultar el desorden y la tristeza que reflejaba su noble semblante con su ritual saludo cordial. Pese a todas las adversidades Aichata sigue de pie encorvada sobre las ruinas de su antiguo hogar. Rememorando a causa de las invectivas del dolor, el dolor motivado por los efectos de la naturaleza, la patria, el olvido, la infamia, la hipocresía de unos y de otros que en aquella oscura noche de lluvia ni se acordaron de mi vecina ni de sus pollitos llevados por el agua, y no por la temible gripe aviar.


Marzo 2006

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