El insomnio un hecho perdido
en mi casa irrumpió el vecino
para que dejara la suya al otro lado de la frontera.
Hundió la casa hasta el tejado, los cimientos
y hasta la cocina.
Barrió las cuatro esquinas,
arrojo sus desechos y
permaneció a mi lado insostenible en
larga espera a que abandone mi cuerpo tullido.
Su habla y locura me llevaron enseguida por camino desconocido.
Olvidé el viejo vecino de la próxima esquina, su semblante
y su dulzura.
El vecino prosaico se perdió en el cielo, en la tierra, en mi mar
de agua de piedras
con el que construye a sangre viva
mi refugio para toda la vida.
Mi vecino degolló el gallo del alba
en un intento fallido.
La protesta llego a sus oídos y
mi cuerpo aún fallido, tullido,
abierto a mar de barlovento
para que siga la vida. La geografía y el destino,
y me olvide que más vale comprar primero
el vecino.
Y me costó el coste de toda una vida.
2 comentarios:
Tuve el privilegio de escuchar la primicia de este poema en Farsía, en la penúltima "Noche del Bubisher". Es un placer leerlo ahora y compartirlo con todos tus lectores... No dejes nunca de ser parte de nuestras noches, en la jaima de los panes y los peces de la lectura.
Gonzalo.
Hola.
Soy Javier Sanz del blog Historias de la Historia. Perdona este asalto en tu email.
Hemos lanzado una iniciativa solidaria ("Letras en el Sahara") para construir una biblioteca en Smara y conseguir libros para el proyecto Bubisher (bibliobús que recorre los campamentos saharauis).
¿Le puedes echar un vistazo y, si te parece bien, moverla por el medio que creas oportuno?
Muchas gracias.
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